20.8.11

A falta de cuenta

Hago la cuenta de las reflexiones que faltan. Espero aprender algo en el disimulo de lo que ya me enseñaste. Hago de cuenta que puedo solo. Espero con la hidalguía de las causas imposibles, con los recuerdos de un guerrero abatido en las horas vencidas. Espero por cuánto restará hasta que no vuelvas del futuro. Sumo tus pequeños movimientos de olvido y le resto el tiempo que tendré para recordarte. Ya no hay nada aquí, sólo las cuentas de la espera.
Hago la cuenta de las libertades que obtendré por perderte. Espero aprender que todo se hace real al compartirlo. Hago de cuenta que volveré a buscarte. Espero con el desgarro de las noches de un tiempo que no logro elegir. Espero por cuánto recuperaremos de lo que nos quitamos y le robamos a los sueños. Resto mis sofocantes huídas y sumo el tiempo que te sobrará al olvidarme. Todo está aquí, flotando, entregado al refugio del milagro.
Por eso te escribo, por eso intento despedazar el álgebra de lo posible. Me divido en las cifras que se filtran del destino mientras se multiplican los vacíos que dejamos al saltar del tiempo. Las cuentas son sólo la mediocridad de la desilusión o la falta de coraje, las espaditas que intentan defenderse ante los demonios del olvido… en medio de la batalla el abandono esgrime su astucia y exclama a gritos la arenga del paso del tiempo; se sabe que de esa lucha no se vuelve. Por eso me fui, por eso regreso al tiempo, por no seguir despedazando la vida… como si el tiempo no fuera vida.
Supongo un nuevo e incierto futuro irá convirtiendo los matemas en reflexiones y las reflexiones en recuerdos. Hoy no. Hoy estoy rodeado de lo que hubiéramos sido, de lo que no soy más. Ríos de miseria arrastran lo que no elegimos y el futuro deambula por orillas de pesadumbre. Sólo resta aprender a esperar, confiar en que algún día no hará falta darse cuenta… y las ropas se lavarán en algún ilusorio océano o alguna nueva batalla perdida. En las cumbres de la carencia, a la sombra de las máculas de libertad del cielo. Ahora somos la desesperanza, la gracia divina de lo no obtenido.
(2010)

  Taura - Miramar

1 comentario:

Torsen dijo...

Un vacío lleno del vacío de lo posible...